Todos sabemos que el nombre real de Miley Cyrus es Destiny Hope Cyrus; sin embargo, Miley suena tan chic que en enero pasado decidió cambiarlo y ahora se ha olvidado por completo del nombre que sus padres le pusieron.
La realidad es que la joven de todavía 15 años se muere de ganas porque en el futuro la gente la conozca tan sólo como Miley -así como Britney dejó atrás el Spears o Madonna el Louise Ciccone-. Pero además, no quiere que haya toda una generación de pequeñas que le copien el hombre.
Por eso, la protagonista de Hanna Montana le ha pedido a las madres que están por tener un bebé que no roben su nombre: “es un honor para tu nombre ser puesto en toda clase de cosas, pero a la vez es triste. Me gusta que el mío sea único“.
El problema fue que Miley acaba de cambiar de casa y descubrió que ella no es la única Miley del mundo: “la muchacha que vive tres puertas abajo mío también se llama Miley. Se deletrea de manera diferente. Me decepcioné”.
